Este año, 1923, como en otros muchos años de la historia de la Plaza de Toros de la Corredera, el Ayuntamiento de Colmenar Viejo hubo de ser el empresario ante la falta de concurrencia de empresas para ofertar por la adjudicación. En las condiciones para ser adjudicatario no se establecía ningún tipo de subvención y se exigía un canon por utilizar un inmueble público. Lo intentaron por dos veces, en el mes de abril y en el mes de mayo; pero nada. El alcalde en esos momentos era Vicente del Valle y en España reinaba Alfonso XIII, y presidía el que sería el último gobierno constitucional de este rey, el liberal Manuel García Prieto.