BECERRIL DE LA SIERRA
DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA, LA GUERRA CIVIL Y EL PRIMER FRANQUISMO
Roberto Fernández Suárez
Roberto Fernández Suárez
Introducción
En el primer tercio del siglo XX, San Sebastián de los Reyes era una pequeña población rural, de las muchas que rodeaban a la capital. Su población se dedicaba, en su gran mayoría, al sector agrícola. La extensión de su término municipal no era especialmente amplia lo que dificultaba la presencia de grandes extensiones de tierras en manos de unos pocos hacendados, de tipo latifundista. Al contrario, destacaba la presencia de propietarios de pequeñas fincas y huertas. La gran mayoría de ellos no superaba una hectárea en propiedad mientras que los propietarios más pudientes sumaban muchas fincas pequeñas, dedicados sobre todo a la tierra y labor así como para viñas y huertas1.
Roberto Fernández Suárez
Introducción
En el primer tercio del siglo XX, San Sebastián de los Reyes era una pequeña población rural, de las muchas que rodeaban a la capital. Su población se dedicaba, en su gran mayoría, al sector agrícola. La extensión de su término municipal no era especialmente amplia lo que dificultaba la presencia de grandes extensiones de tierras en manos de unos pocos hacendados, de tipo latifundista. Al contrario, destacaba la presencia de propietarios de pequeñas fincas y huertas. La gran mayoría de ellos no superaba una hectárea en propiedad mientras que los propietarios más pudientes sumaban muchas fincas pequeñas, dedicados sobre todo a la tierra y labor así como para viñas y huertas[1].
Fernando Colmenarejo García
Equipo A de Arqueología
Presentación
Para los detractores del advenimiento de la Segunda República Española el nuevo régimen lo que había traído no era ya un frontal ataque a la burguesía, la Iglesia católica y otras tantas perversidades relacionadas con la mal entendida “anarquía”, sino también una penuria económica como no se conocía hasta entonces. La Segunda República venía a ser como un castigo, y no precisamente divino sino político, como una herida que había quebrantado el orden social, sin conocerse bien la gravedad de los órganos dañados. Y lo peor de todo, de diagnóstico impredecible. Por el contrario, sus partidarios, en ávido estallido de júbilo, veían un camino posible hacia las libertades democráticas e igualdades sociales, entendiendo a la crisis económica pareja como una estrategia de las clases dominantes para frenar tal ímpetu y volver al orden establecido.