LOS ARCHIVOS MUNICIPALES COMO CONSERVADORES DE LA HISTORIA DE NUESTROS MUNICIPIOS SERRANOS

Existe la creencia, demasiado extendida, de que solo las grandes cosas son lo suficientemente importantes como para ser merecedoras de ser conservadas y mantenidas, una creencia que desestima la grandeza de lo más pequeño, de lo singular y único. 

En el caso del mundo de la archivística, son los grandes archivos estatales, provinciales y diocesanos los que parecen recoger la mayor aceptación y ayuda para su conservación, puesta en valor y facilidad de acceso a la investigación. Aunque no tienen toda la inversión económica que debieran, la concepción de que son los “únicos garantes de la documentación histórica” hace que tengan un reconocimiento o una categoría que ensombrece la realidad del resto de archivos. Y es que, por evolución histórica, todos nuestros municipios conservan documentación única y esencial en sus ayuntamientos, dependencias administrativas y parroquias, una documentación que, por ley, es Patrimonio Documental e Histórico Local, Provincial y Estatal. 

La carente importancia que se otorga a nuestros archivos municipales serranos es un mal que nace desde la misma administración estatal pero que, de forma general, se desarrolla más aún por la falta de querencia y cuidado que tienen nuestras administraciones locales ya que, como pasa con todas las disciplinas de Letras, “lo que no da dinero no tiene importancia”. Este mal social no está subsanado en nuestros ayuntamientos, y por lo general vemos que se extiende entre las labores históricas y documentales como son nuestros archivos. 

Así, lo cierto es que nos encontramos ante una situación en la que, a pesar de que por ley todos los archivos de nuestros ayuntamientos deben estar al servicio del público vecino e investigador, deben estar digitalizados, deben contar con personal especializado para catalogar, digitalizar, conservar, instalar y dar servicio a la sociedad, la realidad que nos encontramos a día de hoy es bien distinta. 

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Ejemplo de mala conservación por humedad en un documento del siglo XIX. 

 

Si bien es cierto que nuestros municipios tienen menor capacidad económica que otras administraciones para cubrir sus necesidades, también es cierto que los archivos no están considerados como parte de esas necesidades, por lo que no se suele destinar la partida económica necesaria para su conservación. En la sociedad de nuestro país, en la que sigue primando la economía “del ladrillo”, nuestros municipios continúan dando máxima prioridad a la puesta en nómina de los técnicos arquitectos que sean necesarios, pero prácticamente ninguno de ellos tiene a un técnico archivero que garantice la conservación de la documentación del municipio, cuyas labores terminan realizando, de vez en cuando, auxiliares administrativos y bedeles sin ninguna formación al respecto. Evidentemente, si no hay personal especializado menos aún el material necesario para el archivo, ni las instalaciones adecuadas (suelen encontrarse en los húmedos sótanos de los ayuntamientos), ni su correcta catalogación, digitalización, y menos aún conservación. De esta manera y con estas enormes carencias, la mayoría de nuestros ayuntamientos deciden no poder a disposición pública su documentación, sobre todo la histórica, que es la que más padece de estos males, relegándola al olvido como un pasado del que no se quiere saber más por si se destapa. 

Y es que, efectivamente, en nuestros archivos municipales se conserva toda la información sobre nuestros pueblos y, por ende, de sus habitantes: alcaldes, caciques, familias poderosas, familias más pobres, todo lo bueno y lo malo hecho por y para el pueblo. En muchos casos nos encontramos con el hecho de que, hoy en día, aún hay vecinos interesados en que los archivos no se puedan investigar para que no salga a la luz información sobre los “desmanes” que hicieron sus familiares, o ellos mismos, en el pasado. De hecho, en alguno de nuestros municipios el archivo es competencia de la alcaldía, una forma ideal de controlar la información e incluso de destruirla sin represalias. 

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Un ejemplo de cómo pueden encontrarse los archivos históricos antes de
su correcta instalación y conservación.

 

Es cierto que algunos de nuestros pueblos sí tienen personal especializado, aunque no llega ni al 20% de los municipios. En estos casos, los técnicos archiveros se encuentran en una constante lucha por conseguir el respeto que merece el archivo, los materiales necesarios, los lugares de instalación y conservación que necesita, e incluso los lugares dignos para que los vecinos e investigadores puedan consultarlo, siempre que desde la alcaldía se permita. Es decir: se pasan la vida luchando por poder realizar su trabajo correctamente. 

Con el panorama social que hemos creado a nivel nacional y el que nos encontramos a nivel local, junto con las enormes carencias y problemas educativos que desde hace años adolecen a este país, no es de extrañar que nuestros archivos serranos se encuentren en esta tesitura, unos archivos que, según la documentación histórica local, eran esenciales y de primer orden para nuestros ayuntamientos hasta mediados el siglo XX. 

Es esencial que nuestros vecinos sepan qué son los archivos municipales, y es que cada uno de ellos es el conservador de la historia de nuestras familias, de nuestros antepasados, de la historia de nuestros pueblos, por lo que estos archivos, todos y cada de ellos, son nuestros, nuestro Patrimonio, y es nuestro deber conservarlo y aprender de él. Para una sociedad como la nuestra, donde no dejamos de repetir los mismos errores, es primordial investigar los archivos municipales y aprender de ellos, de nuestro pasado, para no volver a repetirlo. 

 

 

 

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Legajo en letra cortesana procesal de principios del siglo XVII. Ejemplar único
en el mundo conservado en el Archivo Histórico Municipal de Manzanares El Real. 

 

Porque los archivos municipales son parte de nosotros mismos, son nuestra propiedad al igual que nuestras casas o nuestros coches, estamos obligados a luchar porque se conserven de forma adecuada y que, sobre todo, nos dejen acceder a esos documentos que contienen la historia de nuestras familias, nuestra historia, como parte de nuestros derechos como vecinos. 

Por todo esto los archivos municipales son esenciales, porque no importa lo grande o pequeño que sea un archivo, si es estatal, municipal o privado. Todos y cada uno de ellos conservan documentos únicos e irrepetibles que no existen en ninguna otra parte del mundo, y los archivos municipales son los únicos conservadores de los nuestros.

 

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Modificado por última vez en Martes, 03 Enero 2023 19:05

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