LAS MUJERES NO PRIVILEGIADAS Y MARGINADAS.
EL CAMBIO Y LO QUE QUEDA POR CAMBIAR.
Continuamos conociendo a las mujeres del Real de Manzanares. En esta ocasión veremos a las campesinas, pastoras, aldeanas, sirvientes, mujeres del pueblo llano. Y también a aquellas que eligieron un camino diferente, al margen de las convenciones y normas sociales y morales. Finalmente, se hablará de los tímidos avances de la mujer en la Edad Moderna que fueron llevando a la conciencia en la desigualdad por el género y a la lucha por la igualdad de derechos y obligaciones. Como remate, conoceremos a las figuras femeninas que poseyeron, y poseen hoy, hoy el Ducado del Infantado.
Mujeres villanas, las que viven en las Villas y aldeas del Real de Manzanares Las campesinas y plebeyas tenían una vida dura. Como las nobles, su principal misión era atender su casa y a sus hijos, pero a diferencia de ellas, lo hacían sin ayuda externa.
Parte 2. LAS MUJERES PRIVILEGIADAS: NOBLES Y MONJAS
Continuando con el tema de las mujeres del Real de Manzanares, abordaremos ahora los diferentes grupos de mujeres que podíamos encontrar en esos momentos del final de la Edad Media y el principio del Renacimiento, cuando el Real se convertía en un territorio con recursos, rentas, riquezas y castillos.
Socialmente hay varios grupos de mujeres: nobles, campesinas, monjas y mujeres marginales. En esta ocasión nos centraremos en dos de ellos, los de las mujeres privilegiadas de la nobleza y las religiosas. También veremos cómo ese supuesto privilegio no siempre era así.
La mujer noble
La mujer noble cuida de sus hijos y se ocupa de su educación. Se añade el cuidado de su casa, el gobierno sobre su servicio y la gestión de la economía doméstica. Estas tareas se veían ampliadas a la atención de su hacienda cuando enviudaban o si estaba el marido ausente, ambas circunstancias eran muy frecuentes, pasando ellas a administrar los bienes de su casa y de sus hijos. Hubo casos en los que tuvieron un gran poder social, pero no oficial. Como educadoras, trasladan los saberes que poseen. Algunas son instruidas y leen, escriben, saben algunos idiomas, algo de ciencias y música. Se les enseñan también buenos modales y a dirigir la casa y no se les permite participar en política. Las universidades estuvieron prohibidas para ellas.
Las mujeres de clase alta eran utilizadas como moneda de cambio en matrimonios que buscaban fines políticos, económicos, sociales o estratégicos. Eran transmisoras de la dote, pero, por ley, esta dote pertenecía al padre, al marido tras el matrimonio o al hijo si enviudaban. Ellas no podían disponer de sus bienes, solo los transferían.
PARTE 1. CONOCIENDO A LAS MUJERES DEL REAL DE MANZANARES
El día 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. Conmemora la lucha de las mujeres por llegar a la igualdad de participación y derechos. Esta lucha comienza con la Revolución Francesa cuando las mujeres empiezan a ser conscientes de que, además de sufrir desigualdades sociales, sufren otras por el mero hecho de ser mujeres, por su género. Hoy, legalmente, las mujeres tenemos los mismos derechos y obligaciones que los hombres, aunque esto es muy reciente en la historia y, a veces, no se cumple en la realidad.
Parece que a las mujeres nos ha tocado hacer un papel de segundo nivel, detrás o después del hombre, pero no siempre fue así. En el origen de las sociedades, estaba impuesto el matriarcado por la evidencia del papel de la mujer en la posesión de la capacidad más importante para la supervivencia del grupo, la generación de vida, la maternidad. Las herencias y derechos se transmitían por vía materna, pues la única garantía de descendencia real era la de la madre. Cuando aparecen los excedentes y la propiedad privada, las sociedades van haciéndose cada vez más complejas y el varón comienza a participar y a asumir la organización y dirección del grupo. Se van asignando y separando los roles que a cada uno corresponden. Solo cuando el hombre es consciente de que tiene un papel tan importante como la mujer en la reproducción, es cuando empieza a querer controlar ese aspecto y por tanto a la mujer. Para tener garantías de que su prole y herederos son suyos y poder transmitir su patrimonio. Se establecen el patriarcado y la monogamia, que llegan hasta nuestros días.